Éxito. Esa es la palabra que define nuestro paso por Arantzazu. Tras ser partícipes de la Eucaristía, ofrecimos a todos los allí presentes un breve concierto de no más de 20 minutos y al finalizar el mismo, Joxe Mari Arregui, superior del Santuario de Arantzazu, dijo:
«Este coro es un claro ejemplo de cómo algo que empieza siendo una semilla pequeña, luego se hace grande y fuerte. Ese coro que vino hace 3 años por primera vez era mucho más débil que hoy, era incipiente. Ahora, sin embargo, ha tenido ya una experiencia internacional y es un coro que se fortalece, ¡quién sabe dónde van a llegar! Gracias a Mamen, su directora, y a todos los componentes de la Coral Ahots-Argiak»
¡Gracias una vez más a todos ellos por su siempre maravillosa y desinteresada acogida!